jueves, 2 de junio de 2011

Vida

Me siento orgullosa de la vida que he llevado porque he sido yo la que ha elegido como vivirla. En mis dieciocho años de vida, he aprendido que lo importante no es cuántas veces caigas, sino cuántas veces te levantes. He conocido muchas ciudades de España, aunque aún -y por desgracia- no haya salido del país. He sido consciente de que no he tenido una infancia demasiado fácil, y tampoco una juventud sencilla, pero que esto me ha hecho ser tal como soy. Sé que soy muy cabezota, que el orgullo me puede y las malas contestaciones también. Que soy muy impulsiva y al momento me arrepiento. Pero también sé que tengo la suerte de querer y sentirme querida, de tener unos amigos que valen oro y de poder sonreír cada día disfrutando de los pequeños placeres que te da la vida. Sé que a pesar de todo suelo saber ver la luz al final del camino y aferrarme a ella por muy negras que vea las cosas, porque si algo me ha enseñado la experiencia es que de todo se sale, aunque con mayor o menor grado de dificultad. He aprendido a pensar por mí misma y cuando no sé que pensar, lo reconozco y espero a que se aclaren mis ideas, pero nunca me posiciono según lo que alguien piense. He descubierto la magia del arte y lo bello de la vida. Tengo emociones cuando veo obras y recuerdos cuando reconozco olores. Me siento orgullosa de haber nacido donde he nacido y de haber elegido las amistades que he elegido. Me siento, en fin, orgullosa de ser una persona más de este mundo. Me siento agradecida por haber podido disfrutar de todas las cosas que he disfrutado, y de sufrir por todo lo que he sufrido. Vivir todo lo que he vivido, porque como la vida no hay nada.

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