miércoles, 8 de agosto de 2012

Una pena

Lo cierto es que no estoy segura de si lo haces intentando molestarme, inconscientemente o porque crees que supone un consuelo para ti. En cualquier caso me gustaría que leyeras esto para que supieras que soy feliz. No tengo mares de por medio, ni más de 100 kilómetros.
Lo he intentado, de veras que sí. Quizás no lo intenté con todas mis fuerzas cuando «estuve a tiempo»; eso es innegable. Pero ahora estoy intentado que nos llevemos bien, hablar de vez en cuando para ver cómo estás. Cumplir mi promesa.
Parece ser que no es tan fácil. Me da lástima, pero si es la decisión que has tomado quiero que sepas que la respeto.
De igual manera, yo esperaré un tiempo por si quieres retomar el contacto, a pesar de que soy consciente de que no me porté bien contigo y probablemente no quieras hacerlo.
Pero ya no voy a iniciar yo más la conversación, al menos no de momento. Simplemente, desde aquí, y sin la esperanza de que algún día leas esto, te deseo toda la suerte del mundo. Y que seas muy feliz.